La siguiente tesis analiza la relación entre rostro y psiquismo como aspectos indisociables de una misma realidad, estudiándose las conexiones entre una determinada morfología facial y sus funciones psicológicas, entre dos grupos morfológicos: uno con la zona media del rostro en retracción y otro sin retracción.
De entre toda la bibliografía consultada, se destaca la revisión de la literatura en neurociencia, en embriología, genética, percepción y psicología.
Asimismo, para confirmar las hipótesis se ha procedido a mediciones antropométricas creadas por Leslie G. Farkas, mediciones fotométricas mediante software informático y mediciones visuales basadas en acuerdo entre jueces. Estas medidas fueron correlacionadas con instrumentos de evaluación psicológica.
Los resultados obtenidos indican que existen diferencias respecto al grupo morfológico, en todas las variables psicológicas: los sujetos con una morfología facial con la zona media en retracción, han mostrado una mayor independencia respecto al grupo. Los sujetos sin retracción en la zona media del rostro, han mostrado valores más altos de adhesión al grupo, ausencia de alexitímia y mayor expresividad emocional.
Los hallazgos de esta investigación evidencian la vinculación existente entre rostro y cerebro, confirmando la tríada interactiva entre morfología del rostro, cerebro y psicología. Las correlaciones encontradas entre las formas del rostro y las características psicológicas objeto de este estudio, sugieren una base genética, biológica y/o fisiológica subyacente, que abre una nueva línea en la investigación, y que dará un soporte más concreto a la pedagogía, a la psiquiatría y a la psicología.